La férula de Michigan es un dispositivo de resina, rígido, de cobertura total, es decir que cubre las superficies oclusales de toda una arcada, plana y la mayoría de veces tiene una rampa canina y otra en dientes anteriores, para poder generar una guía de desoclusión adecuada. De este modo los pacientes pueden mover libremente la mandíbula sin perjudicar sus dientes.
Su indicación es prescrita ante pacientes bruxistas o pacientes que aprietan mucho los dientes a lo largo del día.
Normalmente se realiza en la parte superior, pues es más fácil de esta manera facilitar el movimiento mandibular del paciente.
Parece que hay evidencia científica que sólo es necesario llevar la férula durante la noche, aunque hoy en día, dado el nivel de estrés que padecemos, no es raro que cada vez sea más necesario usarla durante más tiempo.
Debe tener un control por el odontólogo cada 15 días, que se ira espaciando en el tiempo, y bajo ningún concepto debe ser confundida con los retenedores de ortodoncia, que son de un material termoplástico, y que su única función es mantener los dientes en posición.
Cada paciente tiene un diagnostico especifico y por tanto, la confección de su férula es individualizada; dependiendo de la patología se confeccionan de uno u otro modo.